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No os olvidéis de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Acordaos de los presos, como si vosotros fuerais sus compañeros de cárcel, y también de los que son maltratados, como si fuerais vosotros mismos los que sufrís.

Tened todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.

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